Wordsworth se libró de muchas florituras y adornos, pero en su literatura hay vastos tramos de materia inerte. Los artistas son las antenas de las razas. Wordsworth vibra con un número de estímulos realmente limitado, y ni siquiera era plenamente consciente del problema de la escritura. 


En: Ezra Pound, El ABC de la lectura, Ediciones y Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja, Madrid, 2000, pág. 79.



Puedes leer aquí todas las entradas anteriores de Troyas Literarias, un blog de escritores contra escritores.